jueves, 25 de septiembre de 2014

El progresismo se nos va de las manos.



Hoy ha aparecido entre las redes sociales esta foto de la actual reina de España, Letizia Ortiz.
Todxs sabemos la vida anterior de esta mujer, cómo el color rojo ha pasado al azul gracias al elemento químico “Ag”, (la plata, para los de letras). Pero esto poco nos importa ahora.
El caso es que en vez de quejarnos de los más de 34 millones de euros que nos roban al año, ¡es mucho más divertido reírnos de la apariencia física de estos personajes! Cuando el rey se fue a cazar, captó  nuestra atención por su cadera, tanto que ya no sabíamos si fue a cazar rojos o elefantes.
Ahora sale esta foto, y todxs lxs que van de “feministas” y “progres” han salido de sus cuevas para tuitear lo “revolucionarixs” que son.
Otrxs dicen algo así como que Letizia está tan delgada que es su nueva “heroína”, o no era así, pero algo de eso, ya sabéis.

Y luego, a seguir quejándonos de leyes como la reforma del aborto, quejándonos de que juzguen nuestros cuerpos y decidan por nosotras, de que nos implanten unos cánones de belleza, ¡por favor, sigamos llamando al 1950 para decirle que se ha dejado sus roles opresivos en nuestro siglo y que acuda URGENTEMENTE a recogerlos!, pero eso sí, continuemos con nuestra hipocresía y nuestro “feminismo de clase”, porque claro, mujeres no somos todas (Gallardón, es sarcasmo).
A veces deberíamos recordar que una persona no tiene unas medidas físicas erróneas, sino que son las otras quienes tienen una percepción errónea sobre las demás medidas físicas. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Cambio y corto; y corto y cambio.

"Cambio y corto" ha sido siempre la típica frase para cortar una conversación y dejarlo estar, zanjando así temas incómodos.
Perfectamente podríamos estar tomándonos un café con alguien, contando qué es de nuestra vida, y en cuanto saliera aquella historia de la que tanto nos arrepentimos, usaríamos automáticamente la táctica del "cambio de tema" y, si la otra persona insistiera en debatir, en seguida tendríamos la otra opción: "corto". Bueno, a no ser que estuviéramos pidiendo el tipo de café.

Cuando cortamos algo, lo separamos de su procedencia. Por ejemplo, cuando se recorta en educación, se separa el dinero de su misma. Pero bueno, ¿eso a quién le importa? ¡Yo he venido a hablar de mis trajes!

Centrémonos ahora en un tema importante, algo que realmente preocupe a la población española, es decir, algo serio: el pelo.
El pelo es algo tan importante que hasta denota inteligencia; no hay más que ver a Paquirrín, que por mucho que digan, el hombre no tiene ni un pelo de tonto.
Además, podemos hacer un "corto y cambio" y empezar así una nueva vida con un estilo diferente... empezaríamos siendo "hippies", ¿que no nos gusta? pues "corto y cambio" y seríamos "góticos", por ejemplo; y si no... pues otro "corto y cambio" y a ser "emos" que ahí con tantos "cortes" seguro que "cambiamos".

Aunque, bueno, quizás "cambiaríamos" más si "cortásemos" todas las etiquetas.

jueves, 30 de enero de 2014

Quítate eso, no te queda bien.

"Quítate eso, no te queda bien", ¿cuántas veces hemos escuchado esa frase? Ahora se ve que no podemos llevar lo que nos apetezca, ¡qué locura sería vestir como quisiéramos! ¿te imaginas? Qué raro sería abrir el armario, sacar aquella prenda que compraste hace años y tanto te gusta, pero que está "pasado de moda".
Me pregunto quién decidirá qué es lo que se lleva y qué es lo que no, supongo que será el típico hombre "poderoso" (sí, un hombre, para variar), adinerado por explotar países subdesarrollados, sin escrúpulos. Sería como el tío Sam mejicano, se llamaría Sam-ancio, no sería hortera, pero sí "Ortega" y tendría una gran empresa de ropa, no muy indie que digamos, a pesar de su nombre: Indie-tex.
Pero esta problemática llega más lejos, muchas veces se ha insultado a alguien llamándole "gordo" y esta persona acto seguido se ha puesto a hacer dieta, a ir al gimnasio o incluso cuando se atiborra de comida, se pide una Coca-cola light, para rebajarla. Sin embargo, cuando se ha llamado a este alguien "tonto" nunca se ha dignado a coger un libro. Ni siquiera para usarlo de sujeta-papeles y hacer que no se vuelen las instrucciones de la máquina del gimnasio anteriormente adquirida por haberle llamado "gordo". Y que por cierto, tampoco las lee.
Al final, se le da más importancia a lo que llevamos puesto y a nuestro físico que a nuestra personalidad en sí y es cuando sales a la calle y te encuentras a chicas con caras en el maquillaje, a chicos con calcetines metidos en los calzoncillos... y claro, luego vas tú con tus pantalones de campana y sales en la sección de "Escándalos" del ¡Hola!
Creo que mucha gente debería quitarse este tipo de mentalidad, no les queda bien.